
Contémplame como volcán dormido.
Como a la esfinge de ojos turbadores.
Yo tengo incandescentes, minadores secretos en mi corazón hundido.
Tócame como a un ser recién nacido.
Como a cristal de filos heridores.
Óyeme como a rayos destructores.
Como a tigresa de cachorro herido.
Gústame como a fruta me tuvieras
por único manjar para tu vida
y con ayunos alargar pudieras.
Huéleme como a lluvia en la pradera.
Como se huele a una recién parida, y ámame cuando cesen mis ojeras.
Sagrario Torres. " Religión de los sentidos "
La señora Du Deffant, que era ciega, tenía varias personas de visita en su casa. Una de ellas hablaba neciamente y en un tono tan monótono que la dueña de la casa exclamó:
¿ Quién es el autor de este libro tan estúpido que están ustedes leyendo?...
Saludos desde la asociación SALVIA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario